miércoles, agosto 06, 2008

Indocumentado a la fuerza...

Al principio estaba tan sorprendido -si es que esa es la expresión más acertada- que ni siquiera sabía qué escribir. Así que he llegado a la conclusión que lo mejor es tratar de relatar los hechos lo más linealmente posible y dejarme llevar. Estoy convencido de que la rabia que me anda consumiendo por dentro hará de las suyas y quedará reflejada en esta entrada...

El punto de partida de todo es la pérdida de mi cartera. No es la primera vez que me ocurre algo así y, si tenemos en cuenta que llevo como 6 móviles en un año, nadie debería sorprenderse de mi naturaleza despistada. Pues bien, en mi cartera llevaba, además de algo de dinero:
· las tarjetas de mis seguros
· el DNI
· la tarjeta de A3
· las tarjetas de crédito
· el carné de familia numerosa
· etc

Vamos, que podría decirse que en cierta medida estaba toda mi vida ahí dentro. En cualquier caso, en lo que respecta a la pérdida, he de reconocer que por lo que más me jode es por la propia cartera. El continente vamos, porque lo del contenido... se supone que se puede recuperar sin problemas.

He ahí la putada de todo el asunto. Sólo se SUPONE, porque muy a mi pesar, y como he podido comprobar en mis propias carnes, en esta república bananera que es España la eficiencia es algo que no puede pasar de la frontera. Al parecer está vetada...

Resulta que yo, que me las componía muy felices, decidí ir a poner la denuncia y solicitar un nuevo DNI. Hay que tener en cuenta para comprender la celeridad con la que actué diversos factores. A saber: sin tarjetas no puedo sacar dinero y sin DNI, en la sucursal del banco no me lo dan. Sin DNI en teoría tampoco puedo viajar. El DNI, como le dijo a mi viejo en una ocasión uno de esos guardias civiles a los que les encanta retorcer el idioma creando insospechadas figuras retóricas, "hay que llevarlo consigo porque, el no llevarlo consigo, trae consigo la detensión der individuo". En fin que en teoría, el DNI es como el alma... sin él no vamos a ningún lado.
Pues bien, esta afirmación es completamente falsa. Una insinceridad en toda regla como diría uno que yo me sé...

Sucedió que me presenté en la comisaría demasiado predispuesto a salir de allí documentado. Pensaba yo, muy equivocado, que con esto del DNI electrónico ("te lo hacen al momento, no hay que esperar 20 días, es muy rápido" etc, etc, etc.) no sería todo más que un tramitecillo. ¡Iluso de mí!

- Hasta el 16 de septiembre no te lo podemos hacer. Es la cita previa que te toca.- Me dijeron.
- ¿Disculpe? ¿Dice que no puedo tener DNI hasta el 16 de septiembre? ¿No hay ninguna manera?
- No, funciona así en todas las comisarías. Lo siento pero no se puede.
- Pero vamos a ver. No tengo ningún tipo de documentación. Sin el DNI no puedo sacar dinero del banco, ni puedo entrar en la empresa en la que trabajo, ni puedo viajar, ni puedo hacer nada. ¿Me está usted diciendo que estoy literalmente secuestrado aquí en Madrid hasta el 16 de septiembre? - Le dije a la funcionaria sin poder acabar de creerme lo que me estaba diciendo.
- Sí.

Puede parecer increíble, pero esa fue su respuesta. Juro que no me he inventado ni una coma. “¿Estoy aquí secuestrado?” “Sí.” Y se queda tan ancha la tía...

¿Puede alguien explicarme cómo es posible que se tarde más de un mes en facilitar a un ciudadano la documentación que se supone es obligatoria llevar encima en todo momento?

¿Tiene alguien alguna explicación razonable que me aclare por qué tardan tanto en entregar una cosa que se hace en el acto?

Sinceramente, no me lo explico.

Al final he conseguido un vuelo a Barcelona al que puedo subir con la denuncia y una comisaría en tierras catalanas en la que me harán el DNI el día 14. Hay que reconocer que otra cosa a lo mejor no serán, pero trabajadores, lo que se dice currantes, los catalanes sí que son. Por lo menos en comparación con otros...Por suerte en Barcelona resolverán mi problema pero, eso sí, la gracia de hacerme un DNI me va a salir por el precio de dos billetes de avión.

Ahora a ver quien es el listo que se queja de la burocracia comunista. Si es que en España [...] en fin, ver y vivir para creer...