miércoles, marzo 21, 2007

El retorno del "No a la Guerra"

Pareció en su momento que el Gobierno de ZP, nuestro particulr antihéroe español, sería capaz de cumplir al menos una de sus promesas electorales. Sí, una de todas esas que tan pronto hicieron como olvidaron al resultar sorprendente vencedores en las pasadas elecciones. Me refiero a todo ese turbio asunto del movimiento “No a la Guerra”, al que se apuntó toda la recua de “grandísimos” actores y artistas españoles con aires de pseudocomunistas -que debe ser la pose que vende- y que yo me preguntaba hasta hoy dónde se habían escondido.
Ahora han decidido reaparecer en una nueva manifestación en la que, entre otras cosas, pedían la ilegalización del Partido Popular. Parece ser que el gobierno y esos grupos de inexistente capacidad intelectual de los que suele rodearse, han decidido resucitar todo el asunto de la guerra de Irak. La verdad es que necesitan hacer ruido, mucho ruido. El suficiente como para desplazar de la opinión pública todo el asunto de De Juana, la situación de Navarra, las negociaciones con ETA etc. Esperemos que no lo consigan.
Al señor Presidente se le secó la boca de tanto anunciar la retirada de las tropas de Irak, pero eso sí, luego decidió mandarlas a Afganistán. Hasta aquí todo bien, ya sabemos que las promesas de los políticos siempre tienen una o varias caras ocultas. Pero ¿qué ocurre si nos dicen que esos soldados españoles tienen la misión de “repartir agua y bocadillos” y sucede que, en realidad, sufren atentado tras atentado en el transcurso de misiones que nada tienen que ver con el reparto de alimentos? Y, ¿cómo es posible que ocurriendo en Afganistán lo que está ocurriendo aún tengan la indecencia de hablar de Irak?
Después de estar durante días criticando a todos los ciudadanos que han decidido salir a la calle a expresarse libremente, a dar su opinión, a posicionarse en contra de todos los desmanes del actual gobierno; ahora ellos hacen lo mismo. Pero hay una gran diferencia entre las diferentes manifestaciones. Aquellas convocadas por el Partido Popular o la AVT han sido manifestaciones ordenadas, cívicas y sin elementos visuales que pudieran resultar insultantes u ofensivos para nadie. Sin embargo, esta última manifestación en contra de la guerra de Irak ha destacado, entre otras cosas, por el gran número de banderas comunistas y republicanas y las pancartas y gritos plagados de insultos e injurias contra el PP y sus votantes.
Y encima tienen la desfachatez de repetir incansablemente que el PP genera crispación y que vive de la mentira y la falsedad.
No queda otra que pensar que a los españolitos nuestros actuales gobernantes nos han visto cara de tontos. Y no deben andar muy desencaminados a tenor de los resultados del 14M. Es algo que se confirmará o no en las próximas elecciones, en las que espero que el pueblo español demuestre que es posible que el hombre sea el único animal que se tropieza dos veces con la misma piedra, pero que tropezarse una vez con Zapatero es mucho más que suficiente.

La Junta de Extremadura: Enemiga de los cristianos

Para millones de personas hay cosas que son sagradas. Elementos sobre los que edifican no sólo su moral, sino también su cultura, su forma de vida y de ver el mundo. Son cuestiones santas que se fundamentan en la fe, en la creencia ciega de un Ser superior y bondadoso gracias al cual -y por el cual- existimos.
Algunos consideran que no es más que una especie de guión no escrito, que equilibra alegría y pesares, forjado por un ente superior para convencernos de que nuestra existencia no consiste en una sucesión de aleatorios infortunios. Para otros, se trata más bien de una cuestión mística, de algo indiscutible en lo que creen sin dudas y sobre lo que fundamentan sus esperanzas.
En el caso en concreto de nuestro país habría que destacar que, según el CIS, el 76,1% de los españoles profesa la fe católica y; según el Vaticano, el 94,1%. Evidentemente, la diferencia entre ambos datos es bastante notable, pero cualquiera de las dos cifras confirma que la mayoría de los españoles son creyentes.
Sin embargo, parece ser que esta situación no es importante ni para la Junta de Extremadura, ni para Francisco Muñoz -su consejero de Cultura- que, cometiendo una clara falta de respeto contra todos los cristianos, han decidido subvencionar y prologar un libro de fotografía de J.A.M. Montoya. En ese libro, que ellos han calificado de obra “de singular contenido”, aparecen fotografías de Cristo, la Virgen María y algunos santos y elementos sagrados, en actitudes humillantes y situaciones degradantes.
Las imágenes les muestran totalmente desnudos y en posiciones irreverentes y ofensivas de carácter sexual e insultante. El problema no es sólo que aparezcan santos en actitud pornográfica o vejatoria, sino que también las hay de otro cariz y aparecen, por ejemplo, la Virgen acunando a un cerdo o heces sobre un cáliz.
Estamos hablando de toda una sucesión de imágenes que se mofa descaradamente de los símbolos y la esencia de todo aquello que millones de personas tanto en España en el resto del mundo considera venerable, intocable y uno de los aspectos más importantes de sus vidas.
El asunto no daría más de sí si sólo se tratase de la publicación de unas fotos escandalosas que un autor desconsiderado e irrespetuoso que rezuma mal gusto por los cuatro costados ha decidido “compartir” con los demás. Es algo que ya ha ocurrido otras veces. Pero en este caso particular, sin embargo, va más allá, porque lo ha hecho con el apoyo del gobierno.
Resulta inaudito y tristemente sorprendente que, mano a mano, la Junta de una comunidad y su consejero de Cultura, fomenten, ayuden y colaboren en la publicación de algo así. Es un insulto a los ciudadanos y a los votantes y nos lleva a plantearnos una cuestión importante: ¿qué clase de persona decidiría que la publicación de unas “singulares” fotografías pornográficas de Jesucristo y la Virgen María podrían aportar algo al mundo de la cultura y el arte?