miércoles, octubre 25, 2006

Pedir demasiado

Partiendo de la premisa “el ser humano necesita saber para ser” y conociendo que no es posible saber si no se nos proporciona el saber que precisamos, llegamos a la lógica conclusión de que alguien debe encargarse de facilitarnos el saber para que podamos ser.
Evidentemente, me refiero a un saber desde un punto de vista amplio. Es innegable que la propia experiencia va creando una serie de conocimientos y saberes en cada uno, pero hablo de algo que va más allá y que no se aprende por cuenta propia.
Necesitamos conocer lo que nos rodea, conocer el mundo para tener datos y actuar en consecuencia libremente. Saber es una necesidad básica para nuestro desarrollo, algo que no sólo podemos, sino que debemos, exigir.
Los medios de comunicación son los que hoy en día cumplen la función social de proporcionar ese saber. Son los encargados de facilitar a la sociedad los conocimientos que se precisan para actuar libremente y poder tomar decisiones. Tienen en su manos, por tanto, un poder inmenso, tanto como su responsabilidad.
Llegados a este punto nace una duda importante: ¿si los medios de comunicación son los encargados de extraer conclusiones en entornos inciertos y ofrecerlos al público para poder “ser”, qué ocurre si no están preparados para ello?
Nos encontramos ante dos problemas: por un lado está la cuestión del intrusismo profesional que provoca que en muchas ocasiones, personas que no están capacitadas para ello, sean las encargadas de proporcionarnos esa necesidad exigible. Por otro, y no menos importante, el hecho de que los medios nunca son imparciales y no ofrecen su información de forma objetiva y sin seguir intereses particulares. Es la ausencia total de Autoridad Deontológica de Solidaridad.
Tenemos el deber de luchar para que el profesional de la comunicación posea una formación intelectual que le capacite para tomar juicios y que los exponga respetando esa responsabilidad de acuerdo a una integridad personal y ética. Tienen que ser conscientes del poder que tienen gracias a la relación de confianza que establecen con los públicos. No hay que olvidar que si los medios tienen esa función de proporcionar el saber es porque poseen autoridad, que no es más que la capacidad de influir en los demás por el prestigio que se tiene. Pero eso es algo que hay que ganarse a pulso y que exige actuar en consecuencia. ¿Es acaso pedir demasiado?

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